En el cuarto mes de embarazo la barriga ha alcanzado un tamaño suficiente como para sobresalir de los huesos pélvicos. El útero aumenta también considerablemente su tamaño de forma que deja de comprimir la vejiga, por lo que pueden disminuír las ganas persistentes de ir al baño, aunque reaparecerán en el último mes de embarazo.
El crecimiento del útero puede provocar ligeros dolores en la zona pélvica que son perfectamente normales salvo en caso de haber sangrado.
Otro síntoma característico es la "rinitis del embarazo" que consiste en sentir la nariz obstruida. Se debe al aumento de flujo sanguíneo en las mucosas y al cambio hormonal que está teniendo lugar en ese momento. Puede ir acompañado por un sangrado nasal.
En este momento los senos continúan creciendo para prepararse para la lactancia. Las glándulas mamarias se comienzan a activar y aumentan considerablemente el flujo sanguíneo a las mamas, por lo que es normal que las venas se vean a través de la piel. Puede comenzar la producción de calostro, líquido similar a la leche vital durante los primeros meses de vida del bebé, por su función de inmunizarlo y preparar el sistema digestivo para le leche materna.
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