El parto “ideal” y conocido como parto natural es el llamado eutócico (del cual hablaremos en futuras entradas). Cuando durante el proceso expulsivo se necesita un instrumento (que puede ser un fórceps, una ventosa, etc), se le denomina parto instrumental.
Actualmente, estos partos suponen un 10-15% del total. A lo largo de la historia estos tipos de parto han tenido mala fama y se han creado leyendas urbanos alrededor de ellos. Esto se debe en parte a que en la antigüedad los instrumentos se empleaban incorrectamente y en casos en los que hoy en día estarían descartados.
En general, se utilizan para ayudar al feto a alcanzar una posición adecuada (ayudándole por ejemplo a girar su cabeza), o a que pueda salir cuando la madre tiene contraindicado pujar por diferentes motivos médicos, como una enfermedad cardíaca o respiratoria. Su uso está muy restringido: solo se emplea cuando el feto ya ha superado los huesos pélvicos de la madre, y cuando no se encuentra a más de 3cm de la salida. En caso de que la cabeza se situase en una zona más alta, se haría una cesárea.
Los instrumentos más empleados son:
- Fórceps: son dos ramas articuladas con un agujero en el centro que ayudan en el descenso y rotación del bebé.
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| Fórceps ginecológicos |
- Ventosas: se adosan en la cabeza del feto haciendo efecto vacío y permite traccionar al bebé, pero no girarlo.
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| Parto con ventosa |
- Espátulas: son como los fórceps pero sin agujero en el centro, y también ayudan en el descenso y rotación.
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| Espátula ginecológica |
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