Existen dos tipos fundamentales de partos: el eutócico y el distótico.
Un parto eutócico es aquel que se desenvuelve de manera natural, por vía vaginal, y sin intervención médica. Es el que de forma general se denomina “natural”, y es en el que tanto el feto como la madre sufren menos riesgos. Que no exista intervención médica no significa que la madre no tenga que estar acompañada por un equipo sanitario: puede necesitar ayuda para controlar la respiración, para vigilar que no hay complicaciones e incluso para la administración de la epidural.
Por otro lado, un parto distócico es aquel que requiere intervención médica. Esto puede deberse a factores propios de la madre como una pelvis estrecha, contracciones débiles, o falta de dilatación; o a factores propios del feto, como una mala colocación o un tamaño exagerado. Todo esto no significa que el bebé no pueda nacer por vía vaginal, sino que en ese camino necesitará ayuda médica. Es en este tipo de partos en el que se incluirían las cesáreas.
Algunas veces es posible anticiparse a futuras distocias (complicaciones), y es por eso que a muchas madres, entre otras cosas, se les aconseja que caminen de manera habitual para ayudar al feto a colocarse en la posición idónea. Otra medida que se suele adoptar es que puedan estar acompañadas por alguien en el momento del parto, lo que les ayuda a relajarse y estar más tranquilas.
Para más información consultar:
https://letsfamily.es/parto/que-diferencias-hay-entre-parto-eutocico-y-distocico
https://eresmama.com/parto-eutocico-y-distocico-diferencia/
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