Continuando con lo que hablábamos en la entrada de las 16:00 horas, vamos a centrarnos ahora en el tratamiento y la prevencón de la preeclampsia.
El tratamiento variará dependiendo de la gravedad de la preeclampsia, pudiendo esta ser leve o grave (y desencadenar en una eclampsia).
En la leve, es posible que la mujer no necesite hospitalización. Aún así, se monitorizarán sus niveles de presión arterial con frecuencia y, de ser necesarios, se tratará con antihipertensivos orales como el nifedipino. También, a nivel hospitalario, se harán revisiones tanto a la madre como al feto, y de encontrarse la mujer en el domicilio, recibirá visitas del médico frecuentes.
En el caso de preeclampsia grave, se necesitará hospitalización, y la administración de antihipertensivos será por vía intravenosa. Los ataques eclámpticos se impedirán con sedación mediante sulfato de magnesio.
Anteriormente se recomendaba reposo absoluto, aunque en los últimos años esto se ha puesto a debate (en los casos leves). También, es común que se administren esteroides para acelerar el crecimiento del feto ya que, llegados a la semana 37, se inducirá el parto o se realizará una cesárea, siempre que sea posible.
En caso de padecer el Síndrome HELLP, que consiste en hemólisis, aumento de enzimas hepáticas, y trombocitopenia, y de no ser posible la interrupción del embarazo, se intentarán compensar las alteraciones que este produce: administrando corticoides y realizando transfusiones sanguíneas.
Las medidas generales para prevenir esta enfermedad son:
-No fumar
-Dieta rica en calcio, antioxidantes (vitamina C y E), pescado azul, y suplementos de ácido fólico
-Evitar el estrés
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