sábado, 15 de diciembre de 2018

Consulta con el anestesista

Unas semanas antes del parto, el médico mandará realizar una visita al anestesista. Durante la cita, se revisará la historia clínica y se preguntará sobre el estado de salud de la mujer y sobre posible medicación que esté consumiendo. Esto es debido a que algunos fármacos interfieren con la anestesia por lo que evitan su aplicación. Además observarán la coagulación y los niveles de hemoglobina, glóbulos rojos y plaquetas. Para ello se realizará una analítica o se revisará la realizada por el ginecólogo. En algunas ocasiones, también se pide un electrocardiograma.

En la consulta, el anestesista aclarará todas las dudas y explicará los riesgos y beneficios del procedimiento. Las complicaciones graves derivadas de la anestesia regional son muy improbables, al igual que los efectos adversos de segundo orden (bajadas de tensión, vómitos, dolor de cabeza...). Tanto la epidural como la raquídea son seguras para el futuro bebé y no aumentan las probabilidades de necesitar cesárea o fórceps. Sin embargo, sí que puede ocurrir que se alargue la salida del bebé (esto se contrarresta con la aplicación de oxitocina). Otro beneficio de la aplicación de anestesia es que la madre está más relajada, facilitando el proceso del parto.

Para la aplicación de anestesia, es necesario que la madre haya dado su consentimiento, por lo tanto después de la consulta tendrá que firmar un consentimiento informado. Este documento debe de llevarse al hospital el día del parto (en caso de no hacerlo se le entregará uno nuevo allí).


Para saber más:
  1. https://www.crecerfeliz.es/parto-maternidad/preparacion-al-parto/a36572/anestesias-para-el-parto/
  2. https://www.serpadres.es/embarazo/pruebas-embarazo/articulo/ultimos-examenes-antes-del-parto

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