En el primer mes del tercer trimestre, al contrario de lo que pueda parecer, la visita al ginécologo va a ser simple y corta.
Durante el 7º mes, no se va a realizar ninguna prueba a menos que se trate de un embarazo de riesgo o se necesite un mayor control del embarazo. Normalmente, ni siquiera se realiza una ecografía, ya que la correspondiente al tercer trimestre se realiza en el 8º mes.
De todas maneras, se recomienda realizar al menos una consulta durante este mes para comprobar la talla y el peso y para medir la tensión. Esta última es importante controlarla con frecuencia debido a la posibilidad de que aparezca preeclampsia. Se puede realizar una analítica de sangre, pero no siempre es necesario.
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