En la mayoría de los casos, la hidrocefalia no se desarrolla hasta el tercer trimestre de embarazo, por lo que no se podría diagnosticar en las ecografías realizadas en las primeras etapas del embarazo.
Para poder diagnosticar esta patología antes del parto, se realiza una ecografía prenatal, que en caso de que diese resultado positivo en esta patología, se podría confirmar al nacimiento del bebé mediante distintas pruebas, como son una ecografía del bebé, una imagen por resonancia magnética o una tomografía computada.
Por otra parte, a la hora de escoger el tratamiento adecuado para tratar la hidrocefalia se deben tener en cuenta distintos factores: tolerancia del bebé a ciertos medicamentos, el tipo o causa de la enfermedad, la magnitud de la enfermedad, las expectativas de la evolución de la misma, etc.
En algunos casos el líquido cefalorraquídeo adicional se extrae a través de ciertos medicamento destinados a esto. Sin embargo, en ciertos casos es necesario realizar una cirugía basada en la derivación.
Para saber acerca de la hidrocefalia más a detalle visita el siguiente enlace:
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